Pasos para escribir ficción

¿CÓMO NARRAR CON EFECTIVIDAD?

TÉCNICA + CREATIVIDAD APLICADA EN EL TALLER DE GUION DEL POLO AUDIOVISUAL DE MERLO

Si estás escribiendo, o deseas escribir, tus primeros textos dramáticos, o quizá un simple relato o posteo narrativo, este material te servirá de guía.
Focalizaremos aquí en la escritura de guiones audiovisuales, pero la premisa aplica a cualquier persona que, al tener una idea, se pregunte cómo abordarla y desarrollarla.

A la hora de transmitir un mensaje con claridad, debemos tener en cuenta cuales son los factores que se ponen en consideración para cotejar la EFICIENCIA del mismo. Comprender este aspecto, implica adentrarnos en un proceso fundamental: la comunicación.

El proceso comunicacional consta de tres factores o elementos básicos, a saber: EMISOR-MENSAJE-RECEPTOR. Y aquí, la efectividad del mensaje está intrínsecamente supeditada al conocimiento y al dominio de las partes.

El emisor debe saber que quiere transmitir, pero antes de eso, debe saber quién es. Ya que este proceso, consciente o inconsciente, es de adentro hacia afuera, y la pedagogía requiere abordar lo básico en primera instancia y luego lo complejo. De este modo, lo primario, lo estructural, abrirá camino a lo secundario, lo aleatorio.

A sabiendas de quien es el emisor, NOSOTROS, y del objetivo pretendido con el mensaje, plantearemos una estrategia discursiva acorde, que será elaborada en función de lo anterior, pero focalizando siempre en el receptor del mensaje. Porque, a fin de cuentas, todo está supeditado a la lectura o interpretación de un receptor.
Como ven, o verán, lo simple puede hacerse complejo, pero si el inicio es simple, desde esa simpleza iremos al meollo del asunto y, con esa directriz, abriremos camino a las siempre atomizadas complejidades.

Aristóteles instauró una narrativa, clásica e instaurada, que consta de tres etapas o actos: PRESENTACIÓN, DESARROLLO y DESCELANCE. Este paradigma, o estructura dramática, es una síntesis interesante y reduccionista de un proceso mucho más intrincado, pero que condensa lo que debemos tener en cuenta para tener eficacia narrativa. Este proceso parece decirnos, desde hace siglos, que narrar requiere, mínimamente, tres pasos o momentos.

Es importante, antes de comenzar a escribir, tener en claro la siguiente información:
QUIEN SOY, es decir, desde que lugar comunico. Luego focalizo en QUE quiero transmitir con el mensaje: OBJETIVO, cuál es el TEMA, y quien es el RECEPTOR.
En función de esto empezaremos a diseñar una estrategia comunicacional.

El emisor puede ser una persona, por ejemplo, un autor de ficción con una mirada parcial y subjetiva sobre un tema, o puede ser una institución o un grupo, con una mirada colectiva. Lo importante es tener en cuenta desde donde me planto a la hora de comunicar.

El tema, es aquello que me aproxima sintéticamente a un asunto, a un lugar común. Mi relato puede plasmar temáticas diversas, pero siempre es preferible, para no dividir energías, focalizar en un solo tema. A grandes rasgos, podríamos inmiscuirnos en ecología, política, deporte, espiritualidad, familia, etc. Lo importante es que, al saber nuestro tema, debemos investigar e involucrarnos en ello para no caer en lugares comunes y así buscar una mirada genuina y profunda del asunto.

El receptor es nuestro público, es al que queremos llegar y de quien requerimos su tiempo y atención para interpretarnos. A ellos va dirigido el mensaje, y ese conocimiento, saber de ellos, nos plantea y moldea la estructura y la complejidad del mensaje, con el simple objetivo de ser efectivos en la comunicación.

Ahora bien. Este proceso siempre implica un factor humano, es decir, requiere humanidad y, querramos o no, nuestra humanidad es la que va a salir por los poros. Por ende, es inevitable no caer en personalismos o en personajes. Incluso, cuando mi personaje no es un ser humano lo que hacemos es humanizarlo. En función de esto, haremos una breve descripción de cómo abordar o diseñar un personaje.
Quién es tu personaje principal: ¿Cómo se llama? ¿Qué edad tiene? ¿Es una persona, un animal, un vegetal, un ser fantástico? ¿A qué se dedica normalmente? ¿Qué problemas tiene en su vida actual?
En qué lugar y época se sitúa el relato: ¿En la actualidad? ¿En 1990? ¿En la Edad Media? ¿En tu ciudad, en Japón, en Nueva York, o a bordo de un barco en mitad del océano? El tiempo y el espacio son fundamentales para situar el relato.
¿Aparecerán más personajes? Piensa al menos en dos o tres que puedas necesitar.
¿Quién cuenta la historia? ¿Será el mismo personaje en primera persona o un narrador externo en tercera persona? Hay otras opciones de narrador, pero estas son las más sencillas y usuales.
¿Cuál es el problema o reto al que se enfrenta el personaje en tu relato? Recuerda que un relato siempre trata sobre un personaje que debe superar un reto o problema, sus peripecias por resolver y si al final lo logra o no.

PLANTEAMOS AQUÍ LO FUNDAMENTAL DEL ASUNTO: EL CONFLICTO. YA QUE SU APARICIÓN Y RESOLUCIÓN, SON LAS DOS VISAGRAS, O GIROS, QUE DIVIDEN LOS TRES MOMENTOS O ETAPAS.

Esto es, ni más ni menos, que la base del drama, sin conflicto no hay drama. Significa esto que, para generar drama y atracción en el público, necesitamos siempre dos fuerzas que choquen, y esa puja gesta el todo.
La oposición es el combustible del relato, por ende, sin oposición, no hay relato dramático y es difícil prolongar el interés del público.

En este resumen ya tenemos un personaje principal, alguna circunstancia de su vida, y, finalmente, el problema que se le va a presentar en el relato. En ese momento, hay dos fuerzas que entran en choque, y esa puja presenta el CONFLICTO. Es decir que, si nada se opone a lo que quiere el personaje, el drama no existe.
Ahora bien, con un personaje y un conflicto definido, comienzo a plantear como dispondré las etapas de mi estructura dramática. Los tres momentos de todo relato: PRESENTACIÓN-DESARROLLO-DESCENLACE, que son un símil dramático a EQUILIBRIO-DESEQUILIBRIO-REEQUILIBRO.

¿Cómo empezar? Escribiendo el PLANTEAMIENTO: mundo ordinario/equilibrio.

Conocer y presentar al personaje principal y su vida actual, es fundamental para que tu lector/espectador conecte con él/ella y se implique emocionalmente en la historia, es decir, que le importe lo que le ocurre. A este proceso lo denominamos EMPATÍA.
Mostrar el momento en el que el personaje se encuentra con su problema o conflicto.
Se puede también empezar sólo por el problema y luego volver atrás para conocer al personaje, pero puesto que este es quizás tu primer relato (o de los primeros) vamos a hacer lo más usual y sencillo, que es seguir este orden.
¿Y por dónde empiezo? Elige un momento de la vida normal de tu protagonista y arranca desde ahí. Puede ser en el trabajo, en su casa, en el gimnasio, despertándose, comiendo con su pareja o con sus padres.

En esta pequeña introducción ya tenemos al personaje principal. Vemos dónde está, sabemos algo de su vida y de cómo va su día, su mundo ordinario y de equilibrio.
Este es también el momento para describir un poco al lugar y al personaje: así el futuro lector/espectador se imaginará mejor la historia.
Puedes extenderte un poco más, pero ten en cuenta que tu personaje esta diagramado, en esta etapa, para que se encuentre con su problema.

Expondremos entonces el DESARROLLO: mundo extraordinario/desequilibrio.

Este es el momento en el que surge su problema o conflicto.
Sus pensamientos y sentimientos cuando se encuentra con el conflicto (esto es esencial para que conectemos emocionalmente con el personaje y para que sintamos lo mismo que él/ella siente).
En los momentos clave de la historia, como este, es muy importante incluir SU PARECER, SU PUNTO DE VISTA. Aunque sean unas pocas líneas. Eso hace que nos fijemos más en ese instante concreto de la historia y así dar realismo a la trama.
¿Y después? El nudo de la historia inicia y se agiganta.
Una vez el personaje se ha encontrado con su problema principal, comienza lo que será la parte más larga del relato: el conflicto, problema o nudo. Aquí veremos cómo el personaje intenta enfrentarse, solucionar o huir de su problema.
En el conflicto deben pasar varias cosas: el personaje no puede resolver su problema inmediatamente, si no, el cuento se acabaría demasiado rápido. Es por eso que la fuerza antagónica, o problema, debe ser lo suficientemente grande para que el protagonista se encuentre superado. Así, en su esfuerzo por resolver, deberá aprender, fortalecerse, buscar aliados y, en fin, plasmar una estrategia.
Lo que tenemos que ver en esta segunda etapa aristotélica es, entonces, un proceso de intentos por lograr un objetivo: RESOLVER EL CONFLICTO. Veremos cómo el personaje prueba diferentes cosas, y ese avance errático, pujando contra un conflicto, será nuestra progresión dramática.

Importante: cuánto más afecte el problema a la vida del personaje, más interesante será el relato, porque esta puja requiere una disparidad de fuerzas que chocan. La fuerza protagónica de nuestro personaje, versus la fuerza antagónica, que es, básicamente, todo lo que se le opone al objetivo del personaje para resolver el conflicto.
En este inicio del desarrollo, o segunda etapa de la estructura dramática, todo se dispone de modo que, a simple vista, por las claras nuestro personaje o protagonista es más débil y quien tiene todo por perder.

Y recuerda: los pasos que dé el personaje y lo que le suceda tiene que tener coherencia con la trama y con el personaje. Debemos mantenernos en los cánones de verosimilitud de acuerdo a la diégesis, o mundo, que plantee nuestro relato.

Haz que el personaje HAGA COSAS, no solo reflexione sobre lo que le ocurre: eso lo va a hacer de todas formas. El asunto es que sea ACTIVO, nunca pasivo. La segunda etapa o desarrollo, es el grueso de la historia, y básicamente trata de un personaje accionando por resolver un problema o conflicto.
Haz que intervengan otros personajes y que lo que hagan o digan afecte a la trama: si el relato a partir de ahora es sólo del protagonista, puede quedar un poco disminuido. Va a darle más realismo que otros personajes también participen, y de forma fundamental, en la trama.
Un buen método puede ser que hagas una LISTA DE 20 COSAS QUE PUEDE HACER O LE PUEDEN PASAR A TU PERSONAJE una vez ha aparecido el conflicto principal. Después, cuando la tengas hecha, puedes elegir cuatro o cinco, o seis o incluso siete, para que formen parte de tu conflicto.
Cuando el personaje, luego de su travesía, se encuentre a punto de resolver o no el conflicto, y cuando todo se pone en juego y es un a “ganar o morir”, es cuando llegamos el pico máximo de tención dramática. A este punto álgido, la antesala de la resolución, se lo denomina CLIMAX.

Por último, debes decidir el final de tu relato.

DESCENLACE: reequilibrio.

Lo mismo que con el conflicto o nudo, podes dejarte llevar (y a ver qué sale) o intentar pensarlo antes. Podes, también escribir varios posibles finales y comprobar cuál te gusta más.
El desenlace es cuando el personaje resuelve su problema o conflicto… o no lo resuelve. Consigue lo que busca… o no lo consigue. A veces, si no lo consigue el final es triste, pero no siempre. En ocasiones, la vida del protagonista cambia tras la llegada del conflicto y tras los sucesos del desarrollo por resolver, aunque no lo consiga resolver, eso no quiere decir, necesariamente, que vaya a ser menos feliz.
Por ejemplo: un relato puede tratar de un joven que encuentra el mapa de un tesoro: en el nudo sale a buscarlo y, aunque no lo encuentra, al final se da cuenta de que es feliz con la vida que ya tiene.
Lo interesante de esta etapa final es evidenciar la transformación del personaje, y ese cambio se debe a que el conflicto ha sido lo suficientemente intenso como para modificarlo. El personaje aprende, o al menos ya no es el mismo. A esto se lo denomina ARCO DRAMÁTICO.
Este proceso, brevemente desarrollado, nos presenta siempre tres momentos, básicos y fundamentales, para narrar con eficacia cualquier tipo de discurso o relato.
Este desarrollo nos llevará a obtener un buen argumento, que será el génesis para desembocar en un GUION AUDIOVISUAL.

Entonces… ¿Cómo se escribe un guion?

RECAPITULEMOS TODO LO DESCRITO ANTERIORMENTE, PARA COMPLEMENTARLO.

El procedimiento que desarrollaremos a continuación nos permite plasmar acciones, personajes y escenarios antes de escribir el guion en sí. También nos dice cómo escribir y editar, o reescribir, el guion una vez planeado.
Este método nos ayuda a crear un plan de la historia y de los personajes para facilitar la escritura y aliviar la etapa de reescritura.
Antes de comenzar, vamos a resaltar que escribir un guion significa escribir las escenas que lo componen, y para escribir las escenas debemos utilizar los elementos que componen dicha escena. Para ello empleamos un FORMATO de escritura específico. Podemos pensar que estos elementos del formato son bloques de construcción, ladrillos, para crear las escenas del guion. Y si bien hay programas profesionales para la escritura de guiones, podemos emplear cualquier procesador de textos.
Bloques de construcción:
Como ahora estamos pensando en cómo escribir un guion y no en cómo analizar un guion, es mejor pensar en esos elementos como los bloques de construcción de la escena. Estos bloques son:

1. Encabezado de la escena.
2. Desarrollo o descripción de la escena.
3. Diálogo.
4. Transición que marca el final de la escena.

Así, si pensamos en cada uno de los bloques, necesitamos tres elementos para construir una escena:

1. Un lugar: generalmente descrito en el encabezado.
2. Al menos una acción: que son descritas en el desarrollo.
3. Personajes: porque no hay acciones sin personajes ni historias sin acciones.

Para escribir el guion tenemos entonces que entender cómo se desarrolla la historia, las acciones, los personajes y los escenarios.

Paso 1: escribir la idea (storyline).
Toda historia comienza con una idea. La idea involucra a un tema y debe contar, a grandes rasgos, qué es lo que pasa en la historia. En este paso vamos a escribir la idea en una o dos oraciones. Si no se puede contar la idea en una oración, la historia no está aún clara. Así que debemos trabajar más en ella.
La forma más sencilla de crear esta oración es respondiendo a esta pregunta: ¿Cómo le explico a otra persona de qué se trata el guion?

Paso 2: escribir el argumento / sinopsis.
Después de escribir el tema de la historia vamos a escribir el argumento. Podemos utilizar la estructura aristotélica de los tres actos y escribir un párrafo para cada acto. El primer acto es el inicio o planteamiento de la historia. Las historias suelen comenzar con un hecho insólito o, por el contrario, con un hecho de su vida cotidiana que le sucede al personaje. Lo importante es dejar en claro su situación inicial, a sabiendas del contraste del desenlace.
En el segundo párrafo, que es nuestro segundo acto, vamos a incluir al conflicto. Dependiendo de la longitud de la película, necesitamos que el personaje accione, creciendo en la complejidad resolutiva, hasta llegar al clímax. No importa cuántos conflictos pequeños tengamos en la trama, siempre hay uno que está por sobre todo.
El tercer párrafo planteará como el personaje resuelve el conflicto y su situación final.

Paso 3: crear el perfil de los personajes incluyendo su participación en la historia.
Ya tenemos la historia, así que debemos leerla y copiar en un documento aparte los personajes que toman parte en ella. Una vez tenemos la lista de personajes creamos un perfil para cada personaje.
En el perfil vamos a escribir:

1. La edad del personaje.
2. Su vida pasada.
3. Detalles físicos importantes.
4. Qué quiere el personaje en la historia.
5. Debilidades y fortalezas.
6. La perspectiva del personaje de la historia. En otras palabras, tratar de contar la historia desde el punto de vista del personaje.

Paso 4: crear la descripción de cada escenario.
De la misma forma que desarrollamos a los personajes, vamos a hacer una lista de los escenarios y vamos a crear una descripción de cada uno de ellos. Los escenarios son un elemento que muchas personas dejan de lado pero que es sumamente importante en una historia.

Paso 5: Expandir el argumento.
En este método vamos a desarrollo la historia como un ciclo en espiral. En este paso comenzamos un primer ciclo para expandir el argumento. Tomamos cada uno de los párrafos del argumento y lo desarrollamos. Necesitamos al menos tres párrafos por cada uno de los párrafos que ya tenemos. Un párrafo para el inicio, uno para el desarrollo y uno para el final. Sin embargo, nuestro objetivo no debe ser la creación de tres párrafos sino la creación de tantos párrafos como sean necesarios.
¡Cada párrafo se va a convertir en una escena!
Con cada acto vamos a seguir los mismos pasos: tomar el párrafo que teníamos en el argumento y desarrollarlo tanto como necesitemos.
Vamos a encontrar que después de desarrollar el perfil de los personajes y la descripción de los escenarios, la escritura del argumento es mucho más fácil. Muchas ideas vienen del punto de vista de los personajes.
Es importante tomarnos un tiempo para focalizar en el inicio de nuestra historia, ya que las primeras impresiones son fundamentales. Es por eso que, muchas veces estos inicios tienen una intención de captar la atención del espectador, por ejemplo, narrando un hecho insólito, incluido en el primer párrafo. Este primer momento dramático suele ser entendido como un GANCHO, ya que suscita un interés en el público por seguir viendo de que trata nuestra historia.

Paso 6: expandir los personajes y los escenarios. Ya que más han aparecido.
Mientras se desarrolla el argumento en el paso anterior, nuevos personajes y nuevos escenarios van a aparecer. En esta etapa los incluimos en nuestras hojas de perfil de personaje y de descripción de escenarios. También aprovechamos para editar los perfiles de los personajes que ya teníamos.
Si es necesario podemos repetir este y el paso anterior hasta que tengamos una historia sólida.

Paso 7: hacer una lista de escenas por escribir.
Ahora tenemos una historia lo suficientemente sólida. El siguiente paso es leer nuestra historia y hacer una lista de las escenas que tenemos que crear. Si fuimos ordenados cada párrafo constituye una escena. Si planeamos bien nuestra historia, muchas de las escenas ya estarán prácticamente listas, así que solo tendremos que pasarlas a nuestro procesador de textos o programa de escritura de guiones.

Paso 8: escribir las escenas.
En este paso vamos a escribir el guion. Este paso va a gestar un primer borrador. Lo importante en esta etapa es escribir el guion sin detenerse a corregir errores. Esto nos ayudará a evitar que nos detengamos a pensar y no sepamos que escribir: vamos a evitar el bloqueo mental. Y en caso que nos estanquemos, nos focalizaremos en el proceso de investigación, que es inmiscuirnos en nuestro tema desde todas las aristas y fuentes posibles.
Gracias a que la historia ha sido bien planeada, la escritura del guion no será muy difícil. Sin embargo, habrá ocasiones en que tengamos que ordenar las escenas o añadir escenas.

Paso 9: Editar o reescribir el guion.
Como en la etapa anterior no nos detuvimos a corregir, el guion puede contener muchos errores. Para eso y para pulir el texto vamos a REESCRIBIR.
La reescritura es el paso que nos permite convertir un guion en un buen guion, y un buen guion en un excelente guion. Es quizá la parte más importante y laboriosa.
Durante la reescritura vamos a realizar cuatro tareas:
1. Reescribir las escenas que funcionan.
2. Reescribir las escenas que no funcionan.
3. Borrar las escenas que sobran.
4. Escribir las escenas que faltan.

Paso 10: Editar o reescribir los diálogos.
Finalmente vamos a darle un paso específico a la reescritura de los diálogos. Pero no vamos a revisarlos en el papel, eso lo hicimos en el paso anterior, ahora vamos a revisar cómo suenan los diálogos en voz alta. En la industria cinematográfica, el director y los actores se reúnen en una mesa para leer el guion. Eso es lo que vamos a hacer en esta etapa. No necesitamos actores, solo tenemos que recitar y grabar los diálogos y escuchar la grabación para ver si funcionan o no. Los diálogos tienen que cumplir al menos una de tres funciones:
1. Avanzar la historia.
2. Mostrar la personalidad de los personajes.
3. Tener una cualidad estética, fonética, verosímil, muy alta. Y recordar siempre que los personajes se definen más por sus acciones que por sus diálogos.
Si un diálogo no cumple con alguna de estas funciones, es mejor borrarlo.

En resumen, para lograr eficacia narrativa trabajamos con el siguiente paradigma:

Este análisis general y estos pasos nos dan un marco de trabajo, una estrategia para planear y escribir una historia, un guion. Los caminos para llegar a este objetivo pueden ser diversos, pero hemos intentando simplificar un proceso complejo que, en su estructura fundamental, se pretende simple.

Autor: Lauro Racosky

Licenciado en Cinematografía y Televisión.

Técnico Productor en Medios Audiovisuales.

Material empleado en el Taller de Guion – POLO AUDIOVISUAL MERLO.

 

Taller de guion - Polo Audiovisual Merlo