Maxi Feroleto presentó Bajo esta piel

Luego de un año y medio de una situación excepcional que nos ha tocado vivir en el mundo entero, sin lugar a dudas podemos asegurar que el arte nos ha salvado de la ecatombe mental.
Series, películas, ‘lives’ en las redes, conciertos por streaming y entrevistas online se convirtieron en la normalidad del entrenimiento masivo cambiando, en cierta medida, el paradigma de la comunicación.

Es este contexto, Maxi Feroleto, un músico y cantautor argentino que desde muy pequeño comenzó a mostrar gran interés por la música en general y por la guitarra en particular, tomó inspiración y ahora lanzó “Bajo esta piel”, una canción que nos invita a vernos en introspectiva.

En el programa “El Boomerang” (L/S de 13 a 14 por San Justo Radio FM 94.9 www.sanjustoradio.com.ar) Maxi conversó con Quique Fraquelli presentando esta composición musical.

-Me llamó poderosamente la atención un concepto que aparece en la gacetilla de prensa del lanzamiento de la canción: “La relación entre el mundo virtual y nuestra corporeidad”.
-Sí, es fuerte ¿no? Suena un poco fuerte.
-Suena fuerte, suena amplio, pero a la vez suena profundo.
-Es una linda palabra para definirlo, profundo. Yo reflexionaba acerca de lo que estaba pasando cotidianamente con mi interacción con el mundo virtual, del cual soy parte y no es que reniegue de ellos sino que intento pensar esto como un nuevo escenario en el cual todos desarrollamos nuestra cotidianeidad. Me refiero a que hacemos un montó de cosas que ni siquiera nos damos cuenta, como andar con el celular en la mano de acá para allá.
Veo, entonces, un montó de pieles, capas, escamas… veo páginas de internet, cuentas [en las redes sociales], diseños, videos, animaciones y sé que detrás de eso hay un montón de códigos de programación, de ‘bits’, de ‘1’ y ‘0’ que van y vienen para todos lados transportando información y contenidos que nosotros propiamente generamos… está la internet oscura, que está por debajo de todo eso, que no está a nuestro alcance… y puedo seguir así hasta el infinito, puedo meterme en los sistemas de transmisión. Ahora, en el centro de todo eso estamos nosotros. Si nos corremos de ahí, se cae todo ese mundo. Y nosotros somos carne y hueso, somos cuerpos que estamos de alguna manera interconectados de una forma supe abstracta. Hay una relación de continuidad. Decimos este es mi cuerpo, estos son mis límites materiales, pero a la vez hay una proyección infinita. Puedo estar tocando la guitarra, cantando y compartiendo una canción en ‘vivo’ de manera simultánea en cualquier parte del mundo y eso se me escapa de las manos. Es para ponerse a pensar un poco.

-Esto que marcás tiene también un poco de espiritualidad. Más allá de los ‘1’ y los ‘0’ que hoy parecen dominar el mundo, todo es información y data, si nos falta el celular parece que nos faltara un brazo. Estamos como muy pendientes de eso y a veces olvidamos lo que hay bajo esta piel.
-Tal cual. Es que hay como una cuestión de deso. ¿Quién no quiere ir más allá de lo que el cuerpo le permite? Y la verdad es que alguna manera estamos cumpliendo parcialmente ese sueño. No volamos, pero nos transportamos de un lugar a otro; o al menos nuestras ideas, nuestras palabras como si fuésemos palomas mensajeras.

Creo que hay un poco de deseo y hay un poco de placer en lograr eso, que antes estaba más vedado; y por otro lado, como contra partida de esto, también hay una sensación de falta, de esta falta de lo que podemos resumir en un abrazo, en un contacto corporal. Ahí es donde viene la parte negativa de este contexto.

-Nos tocó vivir un año donde a las personas las veíamos por pantallas. Fue muy duro. Me imagino que, como músico, esto te debe haber generado sensaciones, sentimientos, que se plasman a modo de catarsis, en una canción.
-Es una forma de poder sublimar todo eso que no podemos encausar de otra manera.
En el estribillo de la canción digo que estamos inmersos en una red que nos sostiene por un lado, pero por otro lado no nos deja ir más allá y que oficia a veces de un encadenamiento del ser, de nosotros en sí, y sin embargo hay momentos en los que parece que no exitiesen esas cadenas. Y creo que las cadenas que no podemos ver ni tocar, son las más efectivas. ¿Y por qué digo cadenas? Porque nosotros vemos internet y la tecnología de la información como aquello que nos posibilita hacer todo lo que necesitamos, pero a su vez nos tiene agarrados porque le brindamos todo: nuestros datos, nuestras memorias, nuestros recuerdos…
-¡Nuestros secretos!
-Nuestros secretos, o sea, en una parte de la canción digo que todo lo que sabemos y todo lo que ignoramos también lo saben.
[Esas cosas] También las calculan. Tienen algoritmos preparados para hasta lo que nosotros no recordamos.

Escuchá la nota completa, en audio, aquí

Quique Fraquelli entrevistando a Maxi Feroleto en “El Boomerang”